El domingo
durante la comida su marido recibió una
llamada y anunció que se iba de viaje. Una alegría, a pesar de los encargos;
recoge el coche del taller, los trajes del tinte, blablá… Tenía la sensación de
que esas tareas tantas veces repetidas, esta vez no iba molestarse en hacer
ninguna. El momento había llegado; sentía vértigo a lo desconocido ¿Saldría
todo bien? Casi estaba todo preparado, algún detalle, pero sobre la marcha.
Necesitaba llamar otra vez al dueño de la casa que había alquilado; por fin
tenía el sitio donde iba a perderse durante unos meses. Por casualidad y de forma bastante rara había encontrado una
aldea perdida en Portugal cerca de Galicia. Suponía que de vez en cuando
ocurren cosas ´´raras``; cuando escuchó hablar del sitio, puso la oreja y lo
buscó. Le costó encontrarlo y aún más
alquilar una casa. El mundo es grande y sí no le gustaba, se iría a otro
sitio.
El
lunes almorzaba con la tranquilidad que
te da saber que ese es el último día en
ese trabajo; sin preocupación, ni prisa. De pronto; -hola, soy la novia de tu
marido; miró con sorpresa a la mujer que hablaba, no se sorprendía por lo de
novia, no, era por el evidente embarazo. Que quieres?- que lo dejes! - ¿Sabe tu
novio que estás aquí? No, es evidente que no; te sugiero que no se lo digas, ¡¡¡Enhorabuena
por ese niño!!!
De vuelta a
casa decidió ir al taller a recoger el coche; tenía un plan, que sabía que era
una ´´niñería``, pero lo iba a disfrutar.
Empezó por
los ordenadores; el portátil lo metió en la bañera llena, el PC lo conectó,
lo abrió y paso un destornillador por la
placa. Le pareció poco y quitó el disco lo tiró en la bañera, arrancó todos los
cables. Era consciente que eso era un venganza muy pequeña, pero… A continuación
recuperó el portátil lo secó y lo dejó en su sitio para enchufarlo cuando se
marchara. Con el móvil hizo lo mismo, bañito… Faltaba el coche y se puso a
ello, había oído que poner azúcar en el depósito de la gasolina lo inutilizaba.
Se marchó como si fuera a trabajar como
cada día, sin nada, nada necesitaba. Estacionó su coche en zona azul cerca de
su trabajo, abrió el depósito y endulzó la gasolina. Un pequeño detalle, la tarjeta de crédito; la
puso en un sobre con el número secreto y una recomendación ´´úsala con tino``
se la entregó al primero que vio pidiendo.
Qué fácil es
viajar cuando se tiene dinero; podía haber vaciado la cuenta, pero, no lo
necesitaba, esperaba que otros lo hicieran antes de que lo descubriera ´´EL``. Antes de darse cuenta estaba en París
comprando algo de ropa una pequeña maleta y para rematar un corte de pelo. Solo
eso no pensaba disfrazarse.
Siguió
viajando por Europa hasta llegar a Lisboa y a pesar de la intensa lluvia le
gustó. Pasó una semana visitando la ciudad; alquiló un coche y se puso en marcha hacia el Norte. Otra semana en la pequeña ciudad,
donde alquiló un apartamento, hizo todo el papeleo para ser residente; no era imprescindible,
pero ahí se iba a quedar, de momento. Cuando
fue al banco casi le ponen la alfombra roja; lo mismo cuando fue a comprar el
coche y pagarlo al contado. Es cierto que el dinero no da la felicidad, pero
ayuda a buscarla, o por lo menos a buscar la paz. Al buscar información para
viajar a la aldea se dio cuenta que necesitaba más ropa de abrigo, la poca
gente a la que preguntó sobre el sitio; recibió la misma recomendación,
abrigarse, llevar botas y si no tenía prisa esperar porque iba a nevar. Su
casero, al que llamo para decir cuando llegaría le recomendó tener mucho
cuidado y que no se preocupara por nada, que él estaría esperándola con algo
caliente para comer. Le hizo gracia por cómo le hablaba, como de la familia y
estaba segura que no era por la casa que le alquilaba; ya había notado más
generosidad en la gente.
Se puso en
marcha y como tenía tiempo (eso creía) se fue parando, visitando sitios
curiosos para una urbanita como ella. Incluso entró en Galicia, mirando el mapa
pensó; si me pongo enferma es más fácil ir al médico a España. Con ese
pensamiento se le ocurrió que podía
decir que había perdido la tarjeta de la SS y solicitar una nueva con residencia
en Ourense…
Empezó a nevar
y estuvo a punto de quedarse a pasar la noche, pero se lo pensó y siguió
adelante. Por fin llegó y ahora que ya estaba le parecía precioso, todo blanco
y silencioso. La nieve es bonita si no vas en coche por una carretera
desconocida y solitaria. No era la única loca en la calle con esa nevada, había unos críos jugando con
la nieve y al oír el coche todos dejaron
el juego para mirar. Paró y preguntó dónde estaba la casa del veterinario,
estaba allí mismo, bueno ahí todo estaba al lado...
Salió a
recibirla una mujer embarazada, muy embarazada!!! Quiso creer que eso era buena
señal. Descubrió que era el veterinario, sí, pero era más cosas; tenían muchos
animales. La señora le dijo que su marido estaba poniendo comida a los animales
y tardaría una hora o más.
Sin
preguntar, puso en la mesa pan, mantequilla, embutido, bizcocho y preguntó
¿café, té, vino? Vino y quizás café después. Mientras comían charlaba
con la mujer que le explicaba que la casita (la llamó así) estaba mismo pegada, pero era tranquila, con
chimeneas, calefacción, etc.
A la hora de cenar, cuando ya había visto la
casa, descubrió lo que era una familia. Tenían una hija, era una de las que
jugaban con la nieve, a pesar de estar la niña les informó: estoy escapando de mí
marido- debe tener buenas razones para ello, no creo que la encuentre aquí, eso
fue todo.
R.M.
Nuestra amiga volverá por aquí, de momento la dejo que descanse.
Espero que no la encuentre jamás.
ResponderEliminarQue descanse, disfrute y rehaga su vida lejos del impresentable ese.
Besos.
Que bueno y reconfortante ha sido leer este relato. Me fascinó la forma en como se desprendió de su pasado y emprendió hacia una nueva vida, un nuevo rumbo, y un nuevo paisaje.
ResponderEliminarBesitos de luz
despreenderse..el desapego(es impoortante)
ResponderEliminary continuar aún mejor!!!!
besos y luz!!
Trepidante. Justa o injusta la vida se nos tuerce y endereza al ritmo que somos capaces de cogerla de cara y sin miedos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho¡
ResponderEliminarhe visualizado esa casita, la nieve...
Sigue? espero que sí.
Bss
JA! Lo que puede hacer una mujer...
ResponderEliminarMe encantó, el relato me mantuvo atenta todo el tiempo
Espero mas
Besos
Jaja me ha encantado su pequeña venganza, para algunos su portátil uffff es una tragedia. Me encanta, ahí arriba trepidante. No pares
ResponderEliminarSi me tocan el portatil y las llaves de la moto me hacen polvo, así que comprendo lo terrible que es esa venganza. Todo parece haber ido bien, parece que ella se abre camino en una nueva vida, un paisaje casi navideño, una gente encantadora... demasiado perfecto. Algo malo va a suceder. ¿Me equivoco? ¡Qué intriga!
ResponderEliminarBesitos.
No Inti, nada tan malo como lo que ya ha pasado.
EliminarUn beso
¡¡Joer!!me he quedado enganchada, eso de dejar la Visa al mendigo ha sido genial....espero la continuación. Bss
ResponderEliminarGenial!, lo escarmentó bien.
ResponderEliminarA veces nos sorprende lo fuertes que podemos ser.
Empezó una nueva vida y seguro encontrará un futuro mejor.
Besitos ,Reina.
Bueno,buenoooo que agradable sorpresa me he encontrado hoy....
ResponderEliminarHacia montón que no entraba, bueno ya sabes. Me ha gustado tu historia. Qué bueno que ella si pudiera conseguirlo...
Un beso.
ResponderEliminarYo hubiera hecho lo mismo y quién sabe si más.
Buen relato, Concha.
Besos.
Wuau reyna mora!!! me ha encantado
ResponderEliminarUn besote
¡Qué bueno!, no hay nada como una venganza bien pensada.
ResponderEliminarBesos, guapa.
Todo le mundo que quiera abandonar su vida, debería tenerlo tan fácil como tu protagonista. No dudo que su anterior vida con ese marido del que huye haya sido dura, pero cuantísima gente desearía hacer como ella y no puede, desaparecer en un publecito y dar puerta al pasado...¡¡bien por ella!! que sea muuuy feliz en esta nueva vida.
ResponderEliminarComo tú bonita, perdona mis ausencias, a veces por falta de tiempo, otras porque no pillo el camino de regreso aquí, ando así... a salto de mata. Nunca había leído un relato largo tuyo y es realmente bueno, en serio CONCH una graaan y grata sorpresa.
Muuchos besos cielo y feliz finde.
¡Hola! me ha gustado el cuento, lo único que me pregunto es si le tocó la lotería o si tenía mucho ahorrado (¿?) con dinero es fácil perderse y sobre todo en este caso las maldades me parecieron pequeñas :) Lástima que en la realidad no resulte tan fácil cerrar la puerta.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Alondra, el dinero lo heredó, es la continuación...
ResponderEliminarUn beso