miércoles, 8 de marzo de 2017

Relato Marina

FUNERAL

De pie en la iglesia sola,contemplaba el ataúd  sin pena. las lagrimas que corrían por su cara eran de pesar por no poder sentir amor por su madre y también de desahogo.  Sentía alivio porque el odio se había ido. Su corazón no sentía amor es cierto, pero estaba libre.
Sentía  que se acercaba el día en que podría escapar de su marido también. No sabía  como sería, pero el día que por fin sucediera sería para siempre.
Una vez había pedido ayuda a la mujer que estaba en ese ataúd  y  su respuesta había sido otra bofetada, lo que más le había dolido fue la cobardía de su padre. Sus padres con su ejemplo le enseñaron a mentir, o a no decir toda la verdad. Claro que la estupidez de su marido era una ayuda; si supiera que ganaba el doble de lo que le decía se ganaría una paliza. Ya no importaba; hacia mucho tiempo que se había  jurado a si misma que por culpa de ese bestia no iría a la cárcel.
Después del funeral, su marido no quiso saber nada más de nada. No esperaba su ayuda, es más prefería estar sola. Estar lejos de el era una cierta felicidad. Cuando la vida es una mierda cualquier cosa parece buena.
Marina entró en la vieja casa de su infancia y los malos recuerdos acudieron a su mente.Quizás era ella la rara,¿Puede haber una infancia sin un solo buen recuerdo?  Sí pensó, la mía.
Todas (casi) las situaciones tienen su parte buena; lo suyo fue la independencia casi forzada con la marcha a estudiar inglés, trabajando claro. Alemán , Francés .... Y siempre,  siempre   trabajando. Sus padres(su madre mejor) no pagaron ni los billetes del viaje. Mientras miraba papeles pensaba en su vida. Era ya hora de que hiciera algo . Tenía que irse ya, rápido o terminaría empequeñeciendo tanto que no se vería. Con todo esto en la cabeza casi pasa por alto algo importante.  Las cuentas de su madre la dejaron con la boca abierta, mejor dicho una de ellas. Descubrió una cuenta a su nombre con mucho dinero. Se quedó alelada mirando la cifra, pensando ¡Libertad! Con eso en la cabeza siguió mirando. Por fin nombres del abogado y notario. ¿ Donde había salido tanto dinero? Tanto esfuerzo para estudiar sin ayuda y ahora esto!!!
El notario al que acudió sola, le reservaba  otra sorpresa ; dinero, mucho dinero y todo suyo. Su cabeza era un mar de preguntas pero una sola certeza , su marido no sabría nada  de esto. Solo lo normal que él esperaba, la casa y poco más.
Marina, mujer guapa, con una mirada triste y cansada , tuvo que hacer un gran esfuerzo por seguir normal. Su madre le había dejado un pasaporte a la libertad. Ella solo tenía que lograr el visado y para eso seguiría fingiendo mientras todo iba tomando forma en su cabeza.

R.M.